"Ni Positividad Tóxica, Ni Victimización"



Los San Bernardos son descendientes de un perro asiático de estilo mastín (un tipo de perro protector de ganado). Alrededor de 1660, los monjes del Gran Hospicio San Bernardo de los Alpes suizos adquirieron estos perros como compañeros y guardianes.

Hacia 1750, se utilizaban para acompañar a los viajeros desde el hospicio, la comuna suiza Bourg-Saint-Pierre e Italia a lo largo del Gran Paso de San Bernardo, una ruta de 79 km en los Alpes Occidentales, que iba desde el suroeste de Suiza hasta el norte de Italia. Los pechos grandes de los perros los hacían ideales para despejar el camino nevado.

Más tarde, se utilizaron para localizar a los viajeros varados y enterrados en la nieve porque tienen un fuerte sentido del olfato. Estos San Bernardos originales tenían un pelaje marrón rojizo más corto, pelo blanco y una cola más larga que la raza actual, que es el producto del San Bernardo y el Terranova originales.

A los San Bernardo se les atribuyen más de 2000 rescates, incluyendo el ejército de Napoleón. Desde la invención del helicóptero, los San Bernardo son raramente utilizados para buscar viajeros perdidos en ese trayecto. El más famoso de los perros fue "Barry", que vivió entre 1800 y 1812 y salvó a más de 40 viajeros. Su cuerpo fue preservado a través de la taxidermia y está expuesto en el Museo de Historia Natural de Berna, Suiza.

El famoso barril que llevaban al cuello estos perros contenía brandy o whisky. Si bien, cuando alguien está atrapado en un tormenta de nieve es posible que el alcohol no sea lo que más le apetezca, hace siglos se pensaba que beber alcohol en estas condiciones ayudaba a calentar el cuerpo, de ahí que los perros San Bernardo llevarán el barril con licor para ayudar a las personas perdidas en la nieve.

Hoy en día sabemos que el alcohol ayudaría a morir más rápido a una persona en peligro de muerte por congelamiento. No obstante, no es tan alocada la conclusión de que el alcohol nos ayuda a "entrar" en calor.



¿Qué tiene que ver el alcohol con la Positividad Tóxica?... como siempre, les aseguro que tengo punto.


El alcohol, es una caloría vacía. Y una caloría vacía se encuentran en "alimentos" que en aportan mucha energía, pero pocos o ningún nutriente. Por lo que gran parte de esa energía que ingresa en nuestro organismo es liberada en forma de calor.

El alcohol puede ser muy divertido, y apetecible para una gran mayoría, pero el consumo de alcohol en alguien que tiene alguna enfermedad crítica, o simplemente su estado de salud no está en su óptimo, puede llevar a un punto de no retorno su organismo o parte de él.

No creo que nadie en su sano juicio se le ocurriría, invitar a emborracharse y "pasar (temporalmente) las penas" a alguien que está en quimioterapia, ¿verdad? Tampoco me imagino a alguien ofreciendo un trago a alguien que acaba de salir de pabellón.

Suena absurdo, ¿a que sí?... Pues la positividad tóxica es eso.


Seguro y tienes alguien en tu vida que te suele repetir a modo de matra que "con voluntad todo se puede", "que hay personas la están pasando peor, que seas agradecido/a", "que todo va a ir bien, que no seas exagerado/a”, “que sonrías y no estés triste, que no te enojes ni dejes que te embargue el miedo”, “que si estás mal es porque quieres”, “que siempre podría ser peor”... bueno y así podemos hacer una buena colección de calorías vacías emocionales.

Es que es de lo más normal que creas que no puedas, que todo te sucede a ti, que las cosas no mejorarán, que no quieras ir con mascara de sonrisa cuando te derrumbas por dentro... está bien incluso que te consuma el miedo, que viajes a tu propio infierno si es necesario. No digo que te acostumbres a sentirte así, ni que lo sientas todo el tiempo o para siempre... Pero no ten ensalces en las calorías vacías de la positividad tóxica, porque no es de valientes ni corajudos, hacer como que la vida no te está pasando.

Cuando pequeña me di un montón de porrazos haciendo tonteras en bicicleta, y una frase que siempre recuerdo de mi abuelo es "Si te duele es que estás viva". Y puede leerse perogrullesco, pero en cierta forma cuando la vida nos inunda con ciertas adversidades se nos olvida el potencial que tenemos, lo competentes que somos, y damos el hecho de estar vivos por sentado.


“Aquello que para la oruga es el fin del mundo, para el resto del mundo se llama mariposa”
- Lao Tsé


Y es que es así, la vida asusta, hiere y confunde... abruma, desmotiva y en ocasiones destruye. Pero el tema no es fingir que no está pasando, sino aceptar que te pasa y hacer algo con ello. Y aquí tampoco es la idea que te pases al bando de la victimización, por eso digo, ni por mucho tiempo, ni para siempre. Que si tienes que bajar a tu propio infierno, pues ¡hazlo! pero a modo turista, bajas, tomas tomas fotos, te lo vives a concho, y aunque digas que jamás volverás, ¡VUELVES! Ese es el twist que está justo antes de la victimización y por sobre la positividad tóxica.

Siempre los habrá quienes lo estén pasando peor, pero lo que te está pasado a ti es lo más grave que te ha pasado, y no tiene que venir alguien a decirte que no te puedes sentir así, o a caso cuando te va bien alguien te dice "oye, pero de qué celebras que hay gente que ha hecho más y mejor, lo tuyo es nada comparado con..."

Así que ojo, ni para lo malo, menos para lo bueno, no termitas que nadie haga sentir como que tus propias emociones no te pertenecen, como si hubiese una guía sobre lo que se puede o debe sentir en determinadas ocasiones. SIN HUNDIRTE Y SIN IGNORARTE, esa es la justa medida.


"Disfruta del pánico que provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridades." 
- Walt Whitman.



¿Qué tiene que ver esto con empleabilidad?

¡Pues todo! Es que a caso, ¿portas una identidad diferente si se vistes formal o de pijama? La forma en que nos afecta e influye el entorno es la misma, no importa cual de nuestras facetas estemos expresando. Y aquí hay un punto super importante.

No confundir vivir lo que te sucede con expresarlo, claramente en un ambiente en que interactúas con otros, va a existir propensión a reservarse emociones y sentimientos, sobre todo cuando esos no son gratos. Pero que te los reserves no significan que no te estén sucediendo, y mucho menos que no debas hacer algo con ellos.

Cuando estamos en transición laboral, indudablemente pueden aflorar creencias limitantes que nos detonan miedos e inseguridades, o converger con otros procesos que carácter personal que dificulten el buen desempeño o la entrega ideal en la búsqueda de un nuevo y mejor desafío profesional.

Somos individuos biopsicoemocionales, y lo que nos ocurre internamente va a repercutir sin duda en nuestra interacción hacia el entorno.



Algunos consejos (sugerencias) para cuando la vida se nos nubla...


Hablar de lo que nos pasa es un buen plan, claro, no con todo mundo ni a cada rato, pero exteriorizar eso que nos molesta o nos consume, muchas veces exteriorizar, nos puede llevar a encontrar la compañía adecuada para ese proceso. Y ojo aquí, lo que digo es literalmente compañía, no que quien nos solucione la situación.

Es esencial que cuando estamos en una situación difícil, no nos aislemos, y estemos en contacto con personas que nos puedan ayudar a ver lo que sucede con más objetividad. Por lo general cuando algo va mal, pareciera que todo va mal, que no hay salida, o que irá mal por siempre. Ya hablarlo en voz alta baja mucho la carga de ansiedad, y da paso para que otra persona nos pueda ayudar a ver como se ve desde otro ángulo, o bien simplemente hacernos sentir que no estamos solos.

Si bien, juega un rol importante no sentirse solo en procesos grises, es necesario que tengamos en cuenta debemos resolverlo nosotros mismos y a nuestra manera. Por esto, y sin ser excluyente que otros nos puedan regalar una mejor perspectiva desde donde verlo, es sumamente importante que llegado a cierto punto nos disociemos de lo que sucede y nos observemos como si nos viésemos desde fuera.


Lo importante aquí es dejar de observar el problema, y enfocarse en la solución.
¿CÓMO ME QUIERO SENTIR? ¿CUÁL ES MI ESTADO DESEADO?


Ya con estas respuesta empezar a diseñar el cómo y con qué recursos llego a mi estado ideal, a través de una buena formulación de nuestro objetivo. Pero para llegar a este punto ni la Positividad Tóxica, Ni la Victimización nos sirven.



Recuerda que cuando alineas tu autoconocimiento (experiencias, competencias, motivaciones e incentivos) en dirección a un propósito, siempre tendrás más y mejores resultados si te quedas a esperar lo que te arroje la marea.

¿Estás haciendo hoy lo que te llevará a donde quieres estar mañana?



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¡Un Abrazo!


Nicoll Zúñiga Varela | Career Coach & Headhunter

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