"Empleabilidad y el Discurso Rumiante Interno"​





"Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno precisamente, precisamente ahora. Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y el mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí...".
- Jorge Luis Borges, «El jardín de senderos que se bifurcan»




Se me hace difícil que exista alguien que jamás en su vida ha sentido si quiera por un instante la sensación de cargar el mundo a cuestas, de ser la diana de la mala fortuna, o de que al universo, dios, o los ancestros se les está pasando la mano con obstáculos del camino. Al menos una vez, al menos por un instante hemos sido consumidor del ese discurso destructivo de auto-derrota.

Me aventuro a decir que la pandemia ha sacado lo mejor y lo peor de nosotros. Lo mejor por que nos hemos visto haciendo y resolviendo nuestra vida de una forma en la que no acostumbrábamos a hacerlo.Ya sea que te pegó fuerte el cambio, o que a penas te ha movido el piso, algo tuvo que cambiar por pequeño que sea ese cambio. Y por que la vida es así, todo cambio trae consigo un poquito de incomodidad, ya que no estamos diseñados para salir de las zonas de confort, sino para permanecer en ellas a menos que nuestra supervivencia esté en riesgo.

Hace poco en un taller de empleabilidad usé una expresión de la cual hago bastante uso, y en diferentes contextos “Rumia Mental”. Uno de los asistentes de ese taller me preguntó sobre la expresión ya que no la había escuchado nunca.

Los rumiantes son un suborden de mamíferos que incluye algunos animales muy conocidos, como las vacas y toros, cabras, ovejas y venados. Los rumiantes digieren los alimentos en dos pasos: masticando y tragando de manera normal y, luego regurgitando el bolo para remasticar (rumia) y volver a tragar.





Para estos animales, la rumia es algo positivo, ya que al volver a tragarla extraen al máximo el valor nutritivo de los alimentos. Sin embargo, la rumia mental, a mediano o largo plazo nos estanca, y no nos deja avanzar.

Los procesos de empleabilidad (ya se porque buscas empleo, buscas un ascenso, o estás en pleno proceso adaptativo) son un caldo de cultivo para los peores tipos de pensamientos rumiantes, los que incluyen además un discurso interno destructivo de auto-derrota.

Cuando no te responden de un proceso, cuando pasan meses de desempleo y el tren de gastos te empieza a alcanzar, cuando eres invisible para tu jefatura, cuando sabes que el empleo de tus sueños requiere experiencia clave que tu no tienes. Cuando a parte de todo eso, estás en medio de una jodida pandemia, haciendo malabarismo con toda la ecología que te rodea, ya sea porque tienes familia y te sientes como parte del staff del Cirque du Soleil, o porque no la tienes y estás a punto de pintarle un par de ojos y nariz a una pelota de voleibol. Cuando llegado a cierto punto ya casi te convences que nunca te emplearás, o que morirás en un empleo en el que detestas... el discurso rumiante de auto-derrota te alcanza.

Primero detente, y analiza si necesitas algún tipo de ayuda profesional, porque eventualmente no es sólo la fatiga mental resultante de la suma de todo, sino que puedes estar cursando algún cuadro clínico, como una depresión.



¿Cómo discriminar si es sólo tu relato interno o algo más?



Identifica qué tan en control estás frente a tu escenario, te daré dos ejemplos. Alguien que tiene pánico escénico y el pararse en publico le produce un pánico tal que llora desconsoladamente, o llega al punto de tener hemorragia nasal, esa persona no está en control de como reacciona frente a aquello que la supera. Por otro lado, una persona que siente una vergüenza exacerbada a hablar en frente mucha gente, pero eventualmente puede hacerlo, ya sea por necesidad o voluntad, esa persona está en control.

Si ya resolviste que estás en control de tu pensamiento rumiante, es importante entender que se está generado por algo que no estás alcanzando. Y lo siguiente que tienes que hacer es detenerte a observarlo e identificar donde se crea. Mapear los niveles de experiencia humana es esencial para encontrar donde se origina.

AMBIENTE (el dónde, el cuando y el con quién) No estoy accediendo porque el entorno me lo limita. Creo que no hay posibilidades o oportunidades circundándome.

CONDUCTA (el cómo, la acción) Actúo (o no actúo) de tal o cual forma, lo que me impide a acceder a mi estado ideal.

CAPACIDAD (el qué, la estrategia) Me faltan competencias. Tengo más debilidades que fortalezas para lo que me propongo.

CREENCIAS Y VALORES (el por qué y el para qué) Mis valores no se alinean con las vías para alcanzar el objetivo. Mis creencias limitantes son muy profundas y me cuenta pensar fuera de la caja.

IDENTIDAD (quién soy) Es mi identidad la que me tienen en esta vorágine, no estoy seguro/a de estar alineada con la clase de profesional/persona que quiero proyectar. Los factores que me definen NO navegan en la misma dirección que aquello que deseo.

PROPÓSITO (qué o quién más) Hay alguien o algo superior que me lo impide. No logro direccionar mi propósito personal con el profesional.

Una vez identificado nivel donde está la obstrucción, lo siguiente será ponerle nombre al recurso interno que requerimos para salir de este bucle mental.




En este mismo taller del que les hablaba en un principio, alguien dijo “lo que necesito no es interno, es externo, necesito que alguien vea mi capacidad y se aventure a contratarme”. Y aun cuando pareciese que todo lo que este coachee necesitaba era externo, aun así había un recurso interno para explotar. Es importante en esta etapa que hilemos fino.

OK, lo necesario es que te vean,... ¿cómo haces que te vean? ¿qué has hecho en el pasado que te ha hecho visible (sea personal o profesional)? ¿cómo actúa y/o qué competencias tiene los profesionales visibles en tu sector o rubro? ¿hay que ser visible para quién?

Una vez que lo analices, toma acción, ¿que de todo eso tengo yo para usar a mi favor? El discurso interno de auto-derrota se alimenta de lo que NO tienes, crece y crece en torno a lo que te falta, así que ¡ponle un STOP! y avanza con lo SÍ tienes.

Suena de perogrullo, pero lo que no tienes ya no está. Si no hay recurso, usa su sucedáneo. ¿No tienes la experiencia? ¡enfócate en las competencias! ¡en las motivaciones! ¡en las capacidades! Reinventarse es aprender a avanzar con lo que SÍ tenemos, no ponerse a llorar por aquello que nos hace falta.

Y esto no se trata de conformarse, se trata de avanzar simplemente. Por algo hay que partir, detenido no se llega a ningún puerto. Puede que al principio vayas lento, pero a medida de que avances, vas a ir encontrando otros recursos, personas y herramientas que te acercarán más y más rápido a tu meta.

No te digo que veas el vaso medio lleno, te digo que TE TOMES EL AGUA Y VENDAS EL VASO, ¡que tomes acción! el discursito rumiante ese no te a llevar a ninguna parte. Tampoco lo hará buscar razones externas, ni el echarle la culpa a los reclutadores, ni a tu jefe, ni al sistema o ni tus padres. Salir de donde estás e ir a por lo que deseas es una decisión, que no depende de nadie más que de ti. Todo lo demás se aprende, se imita, se puede buscar y se puede pedir ayuda.

Lamentablemente nuestro cerebro está acostumbrado a mantenernos vivos al mínimo esfuerzo (a menos que esté en peligro) por lo que pareciera que todo lo que está fuera de nuestra zona de confort es básicamente imposible. Pero recuerda, no es así.Puede ser complejo (y mucho), puede requerir esfuerzo (más de que tenemos presupuestado), puede que sea lento de alcanzar (rallando en lo desmotivador), pero ¿imposible?... ¡imposible es morderse el codo!(¡y aun así hay gente que lo hace!).

Crecemos escuchando que las cosas excepcionales le suceden sólo a las personas excepcionales, el asunto es que esas personas ("excepcionales") se han llegado a esa categoría porque lograron desafiar por completo a su propia Rumia Mental. Todos tenemos el potencial de ser excepcionales, con una competencia diferente, para un publico diferente, incluso en un tiempo diferente a una velocidad diferente.


"Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil". 
- Albert Einstein



¡No te compares con nadie más que contigo mismo! 
¡No alimentes tu Discurso Interno de Auto-derrota!



¡Recuerda que cuando alineas tu autoconocimiento (experiencias, competencias, motivaciones e incentivos) en dirección a un propósito, siempre tendrás más y mejores resultados si te quedas a esperar lo que te arroje la marea.

¿Estás haciendo hoy lo que te llevará a donde quieres estar mañana?




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¡Un Abrazo!


Nicoll Zúñiga Varela | Career Coach & Headhunter

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